Washington D.C. – El expresidente Donald Trump ha lanzado una nueva advertencia a Apple: si la compañía no traslada la producción del iPhone a Estados Unidos, impondrá un arancel del 25% a los dispositivos vendidos en el país.
Actualmente, cerca del 90% de los iPhones se fabrican en China, aunque Apple ha estado diversificando su producción hacia India. Sin embargo, Trump ha calificado esta estrategia como insuficiente y exige que la fabricación se realice dentro de territorio estadounidense.
“El iPhone debe hacerse en EE.UU.,” insistió Trump.
Un golpe multimillonario
Tim Cook, CEO de Apple, advirtió que las amenazas de aranceles ya están teniendo efectos. Según sus estimaciones, la medida podría costarle a la empresa alrededor de 900 millones de dólares solo en este trimestre.
Además, expertos señalan que si Apple traslada su producción a EE.UU., el precio del iPhone podría triplicarse, alcanzando hasta los 3,500 dólares por unidad. El traslado parcial de la cadena de suministro ya costaría más de 30,000 millones de dólares y tomaría al menos tres años.
India, la alternativa
Para enfrentar las presiones y los aranceles sobre productos fabricados en China, Apple ha acelerado su plan de trasladar buena parte de la producción a India. La meta es que la mayoría de los iPhones vendidos en EE.UU. provengan de ese país antes de finalizar 2026.
Sin embargo, aún con esta reubicación, los productos de Apple no están del todo libres de aranceles. Aunque dispositivos como smartphones y computadoras fueron exentos de los aranceles más recientes, la incertidumbre en la política comercial sigue generando tensiones en los mercados tecnológicos.
¿Gol político o medida estratégica?
La propuesta de Trump ha sido interpretada por algunos como un intento de ganar puntos entre votantes industriales y sectores críticos de la globalización, especialmente de cara a un posible regreso a la Casa Blanca.
Mientras tanto, Apple enfrenta una difícil disyuntiva: rediseñar su cadena de producción global o asumir el costo político y económico de mantener su actual modelo de manufactura.
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