Toñita de NY cumple años entre música y orgullo boricua en el último club social latino de Brooklyn

Nueva York – En medio del acelerado proceso de gentrificación que ha transformado el rostro de Williamsburg, Brooklyn, hay un rincón donde la cultura puertorriqueña sigue latiendo con fuerza. Se trata del Caribbean Social Club, mejor conocido como Toñita’s, el último club social latino en pie en ese histórico vecindario neoyorquino.

La figura central detrás de este espacio es María Antonia Cay, mejor conocida como Toñita de NY. Oriunda de Puerto Rico, Toñita emigró a Estados Unidos décadas atrás y fundó el club en los años 70 con el objetivo de crear un espacio de comunidad para los puertorriqueños y caribeños que echaban raíces en la ciudad.

Desde entonces, Toñita’s se ha convertido en un refugio cultural. Aquí se celebran fiestas, se comparten platos típicos, se escucha salsa, y se construyen lazos comunitarios. En palabras de muchos, es el “hogar lejos del hogar” de los puertorriqueños.

Este pasado domingo, la comunidad le rindió homenaje celebrando su cumpleaños, rodeada de música, comida, abrazos y muestras de cariño de quienes la consideran una segunda madre, una matriarca de la diáspora. El festejo fue una muestra más del enorme aprecio que inspira Toñita en su vecindario y entre boricuas de todas las generaciones.

El impacto de Toñita ha trascendido las paredes del club. Artistas como Residente, Rauw Alejandro y Guaynaa han pasado por su barra. Incluso Bad Bunny mencionó el lugar en una de sus canciones, y el club ha aparecido en programas como The Tonight Show Starring Jimmy Fallon. Pero, como aseguran sus fieles visitantes, el alma del lugar siempre ha sido Toñita.

A sus más de 80 años, sigue sirviendo tragos, contando historias y velando por su gente. Su labor ha sido reconocida tanto a nivel local como internacional, convirtiéndola en un símbolo de resistencia cultural en la diáspora puertorriqueña.

Este 2025, el club celebra más de cinco décadas de historia, tradición y comunidad. Mientras todo a su alrededor cambia, Toñita sigue firme, preservando un pedazo de Puerto Rico en el corazón de Brooklyn.


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