Los Ángeles (EE.UU.) – Tras más de 35 años en prisión, los hermanos Lyle y Erik Menéndez podrían ver una salida legal a su condena. Un juez de California redujo este miércoles su sentencia de cadena perpetua sin derecho a libertad condicional a un nuevo rango de 50 años a cadena perpetua, lo que les permitirá solicitar una audiencia para evaluar su posible liberación.
La decisión fue emitida por el juez Michael Jesic, y representa un giro significativo en uno de los casos criminales más notorios y mediáticos en la historia reciente de Estados Unidos.
Crimen, juicio y condena
Lyle y Erik Menéndez fueron condenados por el asesinato de sus padres, José y Kitty Menéndez, ocurrido el 20 de agosto de 1989 en su residencia de Beverly Hills. El brutal crimen –cometido con escopetas a quemarropa mientras los padres veían televisión– conmocionó a la opinión pública y generó una cobertura mediática sin precedentes.
Durante el juicio, los hermanos alegaron haber sido víctimas de abusos físicos, psicológicos y sexuales por parte de su padre, y aseguraron que el crimen fue un acto de desesperación y miedo. La fiscalía, sin embargo, argumentó que el motivo fue económico: heredar la fortuna de la familia, ligada a la industria del entretenimiento.
Ambos fueron encontrados culpables en 1996 y condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Desde entonces, han permanecido en prisión, aunque en años recientes fueron trasladados a la misma institución carcelaria tras décadas separados.
Una posible nueva etapa
Con el nuevo fallo judicial, la sentencia queda reducida a una pena de 50 años a cadena perpetua, lo que les da acceso a una audiencia de libertad condicional, aunque no garantiza su liberación.
El cambio en la sentencia llega en un momento de creciente revisión pública y judicial sobre casos emblemáticos del pasado, especialmente aquellos que involucran alegaciones de trauma o abusos no atendidos durante los juicios originales.
El impacto cultural del caso
Más de tres décadas después del crimen, el caso Menéndez sigue siendo objeto de documentales, series y debates sociales. Producciones recientes de Netflix y NBC, así como una ola de interés en redes sociales, especialmente entre jóvenes en TikTok, han reavivado la atención hacia el caso.
Para algunos, los hermanos son vistos como fríos asesinos; para otros, como víctimas de un sistema que no consideró adecuadamente los alegatos de abuso.
Sea cual sea la interpretación, el fallo del juez Jesic reabre un capítulo crucial en la historia del sistema penal estadounidense y en la vida de dos hombres cuya historia sigue dividiendo a la opinión pública.
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